
PRIMERAS REFERENCIAS ENCONTRADAS
La primera referencia al apellido Fuenteseca que se ha localizado está vinculada a una pequeña localidad de la provincia de Badajoz llamada Nogales, que toma nombre del monte sobre el que se desparrama. En su cima, se encuentra el castillo del mismo nombre, que fue construido en 1468 por el primer Duque de Feria, y la iglesia levantada en el mismo siglo y dedicada a la advocación de San Cristóbal Mártir.
Nogales fue vendida al Rey Alfoso XI ‘El Justiciero’ en el año 1340 por Lorenzo Vázquez de la Fuenteseca (por la cantidad de 70.000 maravedíes), quien fue abuelo materno de Juan Alonso Pimentel, primer Conde de Benavente. Nada más se ha localizado, de momento, del tal Fuenteseca
Y el documento más antiguo localizado, hasta el momento, en el que aparece el apellido Fuenteseca, data del 17 de febrero de 1685. Son unas páginas localizadas en los archivos digitalizados de la 'Casa de la Contratación' que se encuentran el el Archivo General de Indias de Sevilla. En uno de ellos se trata de probar la limpieza de sangre de Francisco López de Fuenteseca, hijo de Domingo López de Fuenteseca y María Rodríguez. Ambos son naturales del concejo de San Tirso de Abres, que tal documentación localiza en Galicia.
El escrito añade que Francisco López de Fuenteseca va a viajar a Buenos Aires (Argentina) y que lo hace acompañando a un tal Juan del Pozo, al que sirve.
De la familia López de Fuenteseca, dice el documento, que son cristianos viejos limpios de toda mala raza de moros y judíos y que no han sido ni castigados ni penitenciados por tribunal alguno. También añade que Francisco está soltero, no sujeto a matrimonio ni religión alguna y que al presente sera de la edad de veinte años, buen cuerpo, blanco y rubio.
Un segundo documento aparece recogido en el libro 'Pleitos de Hidalguía que se conservan en el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid' y menciona a Domingo López de Fuenteseca, casado con Juana González de Miranda. Al parecer tuvieron una hija que nació en San Salvador de Santiso (nombre entonces de San Tirso de Abres). Dicha hija se llamó Ana González y nació el 10 de febrero de 1706.
De esas mismas fechas, concretamente del día 8 de febrero de 1706, es una minuta de Real Cédula a la Audiencia de los Charcas en la que el Procurador de Córdoba del Tucumán (Argentina), Francisco López de Fuenteseca, da cuenta de los inconvenientes que impiden la observancia del Sínodo Diocesano celebrado por Fray Manuel Mercadillo en 1700 y 1701. Le ordena informe de los motivos que ha tenido para que no corra dicho Sínodo y de no haberlos remitido al Consejo.
Finalmente, una tercera mención al apellido ha sido encontrada en libro Los americanos en las órdenes nobiliarias. En él un tal Escobar y Castellanos, nacido en la ciudad argentina de Salta, Lugarteniente de Gobernador, Justicia Mayor y Capitán a Guerra de Lerma, hizo testamento en dicha ciudad el 13 de julio de 1724 ante Francisco López de Fuenteseca.
